La publicidad está por todas partes y nadie escapa de él. Colorea nuestros países, transforma nuestras vidas en clips, influye sobre nuestros comportamientos. Seducir, convencer, informar, hacer soñar para hacer vender.
Arte del efímero, por la fuerza de las imágenes, las palabras y los sonidos, se impuso como un componente sustancial de la memoria colectiva. Capta las grandes tendencias culturales y sociológicas de un momento de la sociedad.
Actor económico separado, la publicidad acompañó la industrialización de finales del siglo XIX como contribuye hoy a la mundialización. En cada época utiliza las " nuevas tecnologías " a su disposición.
De la litografía al numérico y de la fijación a internet, la publicidad supo apropiarse, innovar, inventar siempre nuevos medios de comunicación, nuevos blancos para desplegar su esfera de acción.
Así el museo de la publicidad es creado el 26 de octubre de 1982, se titula en la época el museo del anuncio. Situado hoy calle de Rivoli en París, repite a través de sus colecciones y sus exposiciones las grandes etapas de la historia de la publicidad que comienza medio del siglo XVIII.
Le propone al público a través de las colecciones expuestas a volver a montar el tiempo de la publicidad, he aquí algunos ejemplos:
Arnouli, M. Lenoir, 1895
Monsavon, Carlu, 1925
Anonyme, 1951
Bourdin, 1974
Además de estos panoramas históricos, este museo expone creaciones contemporáneas, así como monografías de artistas tales como Carlu o Larivière. También podemos admirar allí los diferentes soportes publicitarios que las grandes marcas como Coca-cola o Banania tienen saca utilizar o todavía prestar asistencia a exposición que tienen como temática un país o un sujeto preciso tal como el automóvil.
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